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Pero nada. Acá estamos ahora, escribiendo de incógnito, tuve que crearme un nuevo blog para que ella no lea, El blog Quinteriano, para no caldearle más los ánimos a la Escohotadiana, que se le habían caldeado bastante, porque el psicólogo me dijo que era una mina jodida, que me cuidara, y sé que lo lee al blog porque ayer le miré el face para ver cómo andaba la cosa y había puesto una foto/amenaza sobre delitos informáticos, decía lo que dice la foto del costadito, la puso ella, la maltratadora piscológica a denunciar vendría a ser yo, que sigo escribiendo “la ficción” sobre ella, ahora sin fotos, pero sigo escribiendo, me obligó a sacarlas, aunque me inspiraban porque se la veía muy singular en ellas, y además las había pixelado bastante. Bueno, me las hizo sacar igual. Y es claro que a la chica el arte le importa un bledo y medio, aunque ponga cartelitos vanagloriando la locura del artista, la insurgencia del mismo, la inadaptación, que salva el mundo. La cosa es que le mostré al psicólogo el último mensaje que me mandó y se alarmó bastante, me aconsejó que me cuidara porque parece que la piba realmente cree que fue maltratada, eso no es neurosis, Marina, es algo más severo, no es joda, repitió, no dijo “no es joda” pero algo por el estilo, con cara seria.
A los cartelitos que pone se los megustea todo el mundo, bueno, todo el mundo no, sus faceamigos, porque no saben quién es en realidad, ella, ella creo que tampoco sabe, piensa que es la Mandela de la película y yo soy la Donald Trump, la loca, la maltratadora, la perversa, la psicótica, de eso debe tener miedo, de que se enteren de quien es en realidad. Yo me lo imaginé, que me leía, que se había obsesionado ella más que yo, que me miraba el Facebook todo el tiempo, porque no trabaja, me había dicho primero que estaba de paso por Andalucía, que ahora vivía más al norte y que se iba el miércoles, que después fue viernes, que después fue el jueves siguiente… Supuestamente tenía que irse para trabajar en un documental, porque supuestamente eso era lo que hacía, edición y filmación, fue nuestra excusa para vernos, yo la iba a ayudar con el guión de su corto sobre deportes extremos. Pero al final nunca se fue y por eso pudimos vernos en mi departamento, fue mala mía, me lamenté en la sesión de anteayer, pero Psicólogo me defendió, cosa que no hago muy seguido, sino atacarme. No podrías haberlo previsto, Marina, estos tipos (de patología) son así, aunque no está bien que diagnostique a alguien sin haberle visto, claro, pero cuídate, corta ya con esto. YA. (Sigue)
Continuará...
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